Existen tres diferentes abordajes para la desactivación de los PGM por medio del uso de agujas. El primero es el más utilizado en Fisioterapia, la punción seca. Por otra parte encontramos la infiltración de un anestésico local y, en último lugar, la infiltración de la toxina botulínica A. La Fisioterapia, por definición, se vale del uso de los agentes físicos para el tratamiento de múltiples dolencias.

La punción seca es la única técnica con agujas para la desactivación de los puntos gatillo que podemos utilizar, ya que tanto la infiltración de anestésicos como de toxina botulínica A utilizan agentes químicos.